lunes, 5 de diciembre de 2011

La Hepatitis C y la relación de pareja


A veces, cuando creemos que en estos tiempos el amor no se encuentra con facilidad, conocemos a alguien como Flora y cambiamos automáticamente de opinión. La conocí en la sesión grupal de esta semana. Es una entrañable señora de 55 años, quien vino acompañada de Rubén, su esposo, un gordito de apariencia bonachona que inmediatamente me remitió a una versión más joven de Jaimito el Cartero, personaje de El Chavo del Ocho. Verlos tomados de la mano me enterneció de una manera inimaginable. Es notorio que a pesar de los años, siguen tan enamorados como la primera vez.
Flora compartió su historia ante el resto de pacientes. Él no le soltó la mano durante todo su testimonio, y en un par de ocasiones, la besó, con una sonrisa, cuando ella hizo referencia a él. Viajaban en automóvil con su hijo de tres años cuando un accidente cambió sus vidas para siempre. Flora estuvo a punto de perder la pierna, requirió de múltiples operaciones y transfusiones sanguíneas y sólo tras una larga rehabilitación logró una recuperación casi completa.  Años más tarde, a través de un análisis de sangre de rutina, se enteró que tiene el virus de la Hepatitis C. Ambos creen que se contagió mediante las transfusiones de sangre recibidas en aquel entonces.
Flora nos comentó que si bien la relación con su esposo sufrió altibajos debido a su enfermedad, han sabido sobrellevar la enfermedad con entereza e inteligencia. No fue fácil en un comienzo: ella tenía muchos altibajos de humor, los cuales repercutían en su relación. Confesó que su enfermedad melló su autoestima, sin embargo, reconoció que el apoyo y la paciencia de su esposo fueron fundamentales al momento de comprender, asimilar y vivir con la enfermedad. Han adoptado un nuevo estilo de vida, alimentándose de manera saludable y ejercitándose con regularidad con una hora de caminata diaria y el descubrir nuevas recetas para cocinar juntos la clave para estrechar la relación. Eso sí, admitieron darse pequeños gustos muy de vez en cuando (son dulceros adictos y confesos) para, según sus propias palabras, “alegrar la vida”.
Ambos saben que las expresiones de cariño, como los besos y abrazos, no son manera de contagio, y que muy por el contrario, fortalecen la relación. Y Flora incluso añade, con cierta picardía, que de vez en cuando se dan sus “escapaditas”, lo cual provocó las risas de los asistentes. “Eso sí, nos cuidamos mucho el uno al otro”, dice, con una sonrisa, dejando que el resto interprete libremente sus palabras. Y es que, como todos sabemos, el sexo también es  un factor importante dentro de una relación. Como sabemos,  si bien la tasa de contagio del virus de Hepatitis C por vía sexual es muy baja, el uso de un preservativo sólo es necesario si es de preferencia de la pareja. Ella termina su testimonio agradeciendo a Rubén con un “Soy muy afortunada. Es el hombre más bueno que he conocido… y me tocó a mí.”
Flora y Rubén nos han transmitido mediante su buen humor, que sí es posible llevar una vida de pareja saludable. No es una tarea fácil, pero si es que ambos están realmente dispuestos a intentarlo, sí es posible una unión feliz y perecedera.